Encontrarse con un anime como Skip to Loafer es una rara ocurrencia. Pasando por su premisa sencilla y estilo artístico adorable, cualquier persona que ve un teaser o un key visual de esta serie pensará que es un romcom más del montón.
Pero no. No estamos ante una serie que se vale de la demografía seinen para mostrar violencia o sexo sin sentido. Ni es un pseudo-drama psicológico que busca vendernos figuritas de la waifu del momento con una historia innecesariamente compleja.
La obra de la mangaka Misaki Takamatsu cobra nueva vida en esta adaptación al anime porque es una serie inesperadamente madura y llena de matices. Déjame convencerte en esta reseña por qué debes darle una oportunidad a Skip to Loafer.
Todo inicio comienza por lo simple
Como comenté al inicio, es imposible escapar a la premisa inicial por su sencillez.
Skip to Loafer es simplemente la historia de Mitsumi Iwakura, una joven de un pequeño pueblo de la costa, que se va a Tokio para estudiar en una prestigiosa preparatoria.
Durante su primer día de escuela, Mitsumi es encargada para dar unas palabras en la ceremonia de inicio del año escolar, pero se pierde en el transporte público. Por fortuna, se consigue con Sousuke Shima, un compañero de clases que la ayuda a llegar al instituto.
Desde este inicio, se nos plantea la situación típica de: chica tímida conoce a chico apuesto de personalidades opuestas que vivirán diversas situaciones que pondrán a prueba su naciente amor.
Un seinen disfrazado de romcom y con inclusión bien lograda
Pero Skip to Loafer no trata a sus personajes como parejas potenciales, sino como personas, con sus propias motivaciones, sueños, defectos y virtudes. El guion pone todo su esfuerzo en hacer que las relaciones de Mitsumi en este nuevo entorno se sientan naturales y realistas precisamente por este gran enfoque que puso la autora en cada diálogo.
Además de que los personajes se perciben muy reales, hay que destacar además la gran caracterización que tienen los personajes femeninos dentro de la obra, que tienen un rol multifacético y con muchos matices, sin caer en caricaturas vacías o en el sexismo barato al que tan fácil caen muchos autores de este género.
Las chicas aquí tienen cada una sus personalidades y objetivos, pero lo mejor es que no están allí para alimentar las hormonas masculinas como en las romcom de siempre porque sus vidas no orbitan en "conseguir novio" o complacer al guapo de turno.
En líneas generales, son personajes reales y no meras portadas para llegar a un público al que le han dedicado incontables producciones.
La serie incluso maneja un personaje transgénero con mucha elegancia y tacto, aportando incluso al desarrollo de varios personajes. Todo esto coloca a este anime en un foco muy positivo en materia de representación, algo seriamente escaso en esta industria.
Al final, los protagonistas de esta historia son todos. Y en determinados momentos, nos podemos sentir muy conectados con todos ellos por sus luchas internas o sus victorias.
El drama eleva aún más a sus personajes
El lado dramático también tiene un ritmo importante. No es una trama completamente sacarina, con puras dosis de momentos tiernos. En algunos momentos se exponen las debilidades, temores y lados más negativos de cada uno, que entran en conflicto con las de otras personas.
Aquí veremos a los estudiantes padecer de episodios de narcisismo, ansiedad, presión social o manipulación, así como los efectos que este tipo de conductas producen a los demás.
Todo esto genera la tensión necesaria para que cada capítulo, de naturaleza casi episódica, nos revele nuevos detalles de los personajes y cómo evolucionan a partir de sus nexos o complejos.
A diferencia de otros animes de estos géneros, los problemas en la vida real no se solucionan con batallas épicas o monólogos teatrales, sino que la verdadera evolución se produce en el día a día y en cómo nosotros afrontamos las dificultades.
Mi favorito de la temporada
Skip to Loafer logra de esta manera lo impensable: ser una comedia romántica que logra un equilibrio perfecto entre ser tierna y madura.
Sus personajes logran ser más complejos que lo que muchos seinen han aspirado a ser, y todo esto desde lo mundano de su premisa inicial. Mientras que su estética, música y diseños logran enaltecer aún más estos grandes valores en el guion, gracias al correcto trabajo técnico de P.A. Works, que nos motiva aún más a ver el anime con sus colores pasteles y melosos.
Si aún no logras conectar con esta gran serie, espera unos 3 años más y verás que su mensaje de vivir la vida paso a paso y de valorar a tus seres queridos te hará más sentido.
Puedes ver Skip to Loafer a través de la plataforma Crunchyroll.