Regresemos por un momento al año 2004. En ese entonces, hace 20 años, en el mundo de los videojuegos hubo un fenómeno que, al menos en Latinoamérica, estuvo muy presente en los cibercafés y en nuestros viejos computadores: Ragnarok Online (RO, por sus siglas). Por esto, hoy queremos recordar a Ragnarok The Animation, la adaptación al anime de este clásico.
Volvemos al pasado con Ragnarok Online
Desde finales de los 90, los MMORPG llegaron a nuestras vidas para instalarse en la mente colectiva. Elegir tu clase favorita e ingresar a un mundo virtual totalmente explorable y donde se podía convivir con miles o hasta millones de personas fue una experiencia que gradualmente se hizo algo normal.
En Ragnarok Online, creado por la empresa coreana Gravity y basado en el manhwade Lee Myung-jin, esa convivencia fue igual de importante. Pero, en este caso, la influencia de la mitología nórdica se mezcló con el estilo manga/anime de Asia para crear una estética única.
A diferencia de títulos como Everquest Online o World of Warcraft, que bebían directamente de los oscuros manuales de Calabozos y Dragones, en RO nuestros personajes eran sprites en 2D sobre fondos isométricos en 3D. Todo esto con imágenes coloridas, música animada y un fuerte énfasis en el desarrollo de la comunidad.
En este videojuego, que nos permitía hacer grupos con otros jugadores para completar mazmorras o hacer guerras entre clanes, el mundo era un protagonista más, pues se iban agregando mapas y áreas que expanden el mundo de Rune-Midgard con muchos biomas y retos distintos.
El reto de adaptar RO
Hasta aquí todo bien. Podríamos pensar que RO tenía todo para tener una adaptación al anime interesante y dinámica. ¿Qué pasó, entonces?
El reto de adaptar este tipo de juegos al anime tiene que ver con su forma de crear historias. En los MMORPG, los protagonistas somos nosotros. Aunque hay personajes que intervienen en las tramas de las expansiones, quienes generan historias emergentes son los jugadores. Y esto es algo sumamente complicado de llevar a la pantalla.
Por esta razón, en 2004, cuando nació el anime de Ragnarok The Animation muchos ya tenían dudas de su calidad, porque el manhwa original tampoco fue una obra de gran relevancia y el videojuego no tenía una historia bien definida, ya que dependía de que fueran los jugadores los que crearan sus vivencias más personales.
Por ello, el estudio G&G Entertainment decidió darle un impulso a la serie con personajes genéricos, como el espadachín Roan o la acólito Yufa, quienes van viajando por todo Rune-Midgard luchando contra criaturas y conociendo nuevos lugares. Y eso es lo que, al final, nos ofrece el anime. Nada más, ni nada menos.
Ragnarok the Animation es una reliquia del pasado
Si nos vamos al aspecto técnico, tampoco encontraremos un diseño original, una banda sonora sobresaliente o una animación espectacular.
En realidad, podríamos considerar que es una cápsula del tiempo que nos transporta a la primera mitad de los 2000, cuando una gran parte de las series en realidad eran muy parecidas a esta. Por cada Naruto, Gantz o Gundam Seed, por nombrar algunas series famosas, había decenas de animes como Ragnarok the Animation.
Los personajes caían fácilmente en lo melodramático para intentar impactar rápidamente a la audiencia, algo típico en las series de esta época, y considerando que el anime no pareció tener un gran presupuesto, recomendamos Ragnarok the Animation solo a quienes hayan vivido aventuras en el videojuego en su momento de fama, porque si le quitamos las múltiples referencias al MMORPG en cada episodio, no hay mucho más que disfrutar.
Irónicamente, esto es lo mismo que le pasa a Ragnarok Online 20 años después. ¿Es tan bueno como nuestra mente adolescente nos hace creer con su predisposición a la nostalgia? Lo dudamos, pero si viviste en los 00s en algún momento tendrás curiosidad de revisitar el pasado para formarte tu propia opinión. Y si te da pereza descargar el videojuego, la serie podría acompañarte (y si no, nuestra mayor recomendación sería poner la banda sonora, que es increíble).