Cogemos nuestro NerveGear y nos sumergimos en Sword Art Origin.
El nuevo servidor que da vida al vasto mundo de Ainground, recipiente donde se desarrolla J-RPG disfrazado de MMO que comienza echando la vista atrás para revolver en los oscuros recuerdos de Sword Art Online. ¿Atrapará ‘Hollow Realization’ a sus jugadores como lo hizo el mundo de Aincrad con Kirito y Asuna?
Origin, el sucesor espiritual de Sword Art Online
Para comenzar con buen pie, podemos afirmar que ‘Sword Art Online: Hollow Realization’ es el título más grande y completo sobre el Universo SAO que se haya hecho hasta la fecha; una aventura centrada en el nuevo servidor Sword Art Origin, un revolucionario juego fruto de la evolución de SAO y Alfheim que no se había visto hasta ahora en manga o anime pues ha sido creado específicamente para este juego. Una de las principales razones, que además añaden un plus al título desarrollado por AQURIA, es la implicación del propio Reki Kawahara. El autor de Sword Art Online ha sido el encargado de diseñar el guión de ‘Hollow Realization’, además de supervisar otros aspectos como el apartado visual o el sonoro.
Este hecho se agradece y se hace notar a poco que disfrutamos del título, pues evidencia que se respetan los principios de la franquicia a todos los niveles: tanto en los diseños manganime de la buena multitud de personajes y las secuencias recreadas con el propio motor utilizados para desarrollar partes de la trama, como en los vastos escenarios de Ainground, llenos de color y vida. No nos queremos dejar en el tintero los efectos de sonido y las melodías que acompañan nuestras caminatas, que lejos de hacerse pesadas resultan agradables en las múltiples horas de exploración.
La trama de ‘Sword Art Online: ‘Hollow Realization’ tarda en arrancar, pero nos mantiene en vilo incluso desde antes de poder ponernos a los mandos gracias a una secuencia introductoria al estilo anime que nos presenta a Premiere, por ese entonces un misterioso PNJ - personaje no jugable - que carece de estadísticas y personalidad propia. Sobre esta misteriosa chica, de la que iremos conociendo más y más a medida que avanzamos, recae buena parte del peso de una historia que nos ofrece la posibilidad de rememorar arcos pasados, ideales para poner en situación a los menos familiarizados con la franquicia.
Un J-RPG disfrazado de MMO
La aventura tiene en la Ciudad de Inicio el perfecto hilo conductor, pues en ella pasaremos buena parte de la aventura ya sea gestionando nuestro grupo, comprando y mejorando el equipamiento o lo más importante, seleccionando las misiones. Existen misiones de varios tipos, aunque a decir verdad y como os podréis imaginar, la variedad de estas no es algo digno de elogio en ‘Sword Art Online: ‘Hollow Realization’. Cabe destacar que los eventos importantes para la historia darán lugar a largas conversaciones, que resultarían realmente tediosas de no ser por la fiel recreación de los personajes y el gran doblaje al japonés.
En la propia ciudad tiene lugar el inicio del juego, donde podemos personalizar a nuestro personaje (nosotros hemos dejado al Kiritooriginal) gracias al completo editor. Tras aceptar unas cuantas misiones nos vamos directos con nuestro grupo formado por cuatro jugadores al campo de batalla, donde nos podemos teletransportar gracias a los portales repartidos por las diferentes zonas del mapa que deberemos ir activando al acceder a nuevas áreas. El sistema de combate presenta los elementos típicos de un MMO combinados con el género J-RPG, un perfecto híbrido que logra labrarse su propia personalidad y termina convenciendo.
Pese a que la acción principal - ataque - se ejecuta con un simple botón (cuadrado), ‘Hollow Realization’ se aleja mucho de los típicos “machacabotones”, pues sus combates van adquiriendo cada vez más un componente estratégico-táctico, y aún más si cabe cuando hablamos de los rocosos jefes finales. El desarrollo y manejo de las diferentes habilidades, tanto ofensivas como defensivas, el análisis de los enemigos y, sobre todo, las órdenes de equipo que podremos ejecutar en este sistema de batallas en tiempo real, hacen que el sistema de combate gane en dinamismo y resulte lo menos repetitivo posible durante la extensa cantidad de horas que lo ponemos en práctica.