Katou Narumi padece del síndrome de Zonapha, una rara dolencia que detiene su respiración a menos que haga reír a la gente. Se vio obligado a abandonar su formación en kenpo chino y regresar a Japón, donde ahora trabaja como payaso. El único problema: no es muy gracioso.
al conocer a Saiga Masaru es al primero que hace reír y decide cuidarlo al darse cuenta que es perseguido por su enorme fortuna. Descubre que en lugar de armas convencionales, los asesinos ejercen enormes y misteriosas marionetas. Pronto se encuentran con la misteriosa Shirogane, que controla una marioneta propia, y afirma que fue enviada desde Francia por el difunto abuelo de Masaru para protegerlo.
Sus caminos se entrelazan y divergen, dividiéndose en dos historias: Karakuri y Circus, títeres e intérpretes, lágrimas y risas. El extraño circo de muñecas vivientes que propaga el síndrome de Zonapha, los títeres humanos conocidos colectivamente como Shirogane, y los titiriteros cuyo rencor imperecedero ponen en movimiento ambos lados de esta actuación.